domingo, 14 de febrero de 2016

LOCUCIÓN INTERIOR

"Sin referencia a la unidad ni la multiplicidad puede ser múltiple ni la pluralidad plural"
Ana Azanza, oct. 2010.
Jaime Balmes (1810-1848)

"Abs-tracto"

La preposición de ablativo latina abs significa alejamiento, apartamiento, distancia. Tractus es un participio de trahere, de donde traer, traído, trecho.

Lo abstracto es el concepto, la noción, la idea..., esa unidad de percepción intelectual, de intelección exige distancia, un alejarse de los objetos para verlos mejor. Sin los conceptos no serían posibles ni las proposiciones ni los argumentos. En una palabra, los conceptos abstractos son los ladrillos de que está hecho ese edificio que llamamos razonamiento, demostraciones o deducciones científicas, argumentaciones morales, el mayor poder transformador desatado en el mundo por la mente humana.



Lo abstracto es lo contrario de lo concreto (concretus, participio de concresco), que significa lo sólido, lo que crece por aglomeración, lo endurecido. Las cosas son duras, las ideas etéreas, como sueños del hombre. El sueño del concepto -ese verbo mental, esa locución interior- engendra entidades misteriosas, posibilidades lógicas, ideales, como el número, o la igualdad, la justicia o el valor.

Conceptum, de concipere, concebir. Concebir es unir dos o más entidades para formar una tercera. El concepto o verbo mental es la representación o expresión ideal del objeto conocido en la mente del que conoce. Es algo que hace o construye el entendimiento sin salir de sí mismo, la "imagen espiritual" del objeto conocido. Una maravillosa creación de la mente humana.

Cómo es capaz la mente de reproducir o representar la figura esencial (eidos, idea) de las cosas que conoce es algo que la ciencia por el momento ignora. Evidentemente, no conocemos mentes sin cerebro y nuestra comprensión abstracta de los fenómenos del mundo tiene que ver con el modo en que interaccionan las neuronas en las capas más "modernas" y superiores del cerebro.


El Asociacionismo de Wundt explicó psicológicamente la abstracción, no como una separación de la esencia del objeto, sino como una labor de discriminación por la que el sujeto desatiende ciertos aspectos perceptuales o imaginativos a fin de destacar una determinada propiedad. El concepto sería así una imagen esquemática resultante de la función generalizadora de la abstracción.

Por su parte, el Conductismo psicológico intenta explicar la abstracción desde el esquema estímulo-respuesta, el concepto es así la respuesta única que da el sujeto a estímulos variados. Adquirimos conceptos mediante un proceso de generalización de los estímulos, asociado a una respuesta común. El niño, por ejemplo, que se encuentra con perros en distintas situaciones y en todos los casos escucha la palabra "perro", acaba por asociar la percepción de esos animales parecidos con su símbolo verbal. La formación del concepto sería así un proceso en que el sujeto pretende una respuesta específica a un conjunto de rasgos estimulares invariables que se presentan en un contexto estimular variable (1).

Términos, ideas y objetos

"La palabra con que expresamos una cosa percibida se llama término o vocablo. Para expresar los objetos, necesitamos tener idea de los mismos; pero es de notar que la palabra no expresa la misma idea. En la palabra 'mar', no se significa la idea del mar, sino el mar mismo. Así decimos: el mar está agitado; lo que no es aplicable a la idea. (...) Los términos, aunque expresen las cosas mismas, las significan mediante las ideas".
Jaime Balmes. Curso de filosofía elemental, L. 2°, cap. II, sección. III y epgrf. 114.
Los conceptos se esfumarían como los sueños si no los ancláramos a la memoria con vocablos, con nombres. Aquí se puede decir que "el entendimiento conociendo se habla a sí mismo, y esa locución interna es la expresión mental del objeto"(2).

Balmes lo explica así:

"Antes de hablar con los demás, hablamos con nosotros mismos; todos experimentamos esa locución interior con que el espíritu se da cuenta a sí propio de lo que conoce o siente. Las ideas se ligan con las palabras, y éstas son como una especie de registro a que encomendamos el orden y la memoria de las ideas" (Ibidem, epígr. 115).

Uno se dice de todos 

Las ratas tienen memoria. Mi perra Nana recuerda donde escondió aquel hueso. No sabemos qué grado de conciencia tiene en cada animal su recuerdo, pero es muy dudoso que se sepa sintiendo, se sepa recordando, se contemple a sí mismo sufriendo, envejeciendo..., su grado de conciencia es muy limitado. Nosotros nos sabemos siendo y tenemos conciencia de nuestra muerte antes de que suceda.

Nosotros tenemos los nombres. Y lo más importante, los significados de los nombres. Los tenemos para referir -diría Leibniz- a las cosas del Mundo, las cosas del Alma y las cosas de Dios. Mas cuando nuestra inteligencia abstrae, las cosas que se trae lejos a sus alturas ideales, ya no son cosas, sino conceptos. ¡Hay que alejarse de los árboles, elevarse sobre ellos, para "ver" el bosque!

De otra manera que para los otros animales, para nosotros existir es precisamente ese poder referirnos a algo que, más que real, es ideal, ese alejarnos de las cosas concretas para apropiarnos y dominar lejanas perspectivas que -según Spengler- comparte mucho con la visión de los animales rapaces, una mirada larga y tranquila en la que reside ya la idea de dominio. ¿El mundo como presa? También como jardín, salón de juegos, manifestación de lo divino, objeto de una contemplación inédita y única.

Asumiré el ejemplo de mi colega Francisco J. Fernández en su precioso libro Los huesos de Leibniz (Akal, 2015). ¡Hay que alejarse de las ovejas para comprender eso que llamamos rebaño! Y es que el todo es distinto de las partes. Ya para poder contar ovejas, hay que traer lejos o elevarse al concepto oveja, y entonces cada una de ellas será la misma un montón de veces. Al contarlas habremos olvidado los detalles.

Olvidar los detalles

Esto es importante, lo puso de manifiesto José Moral Torralbo en la Quinta del Mochuelo, para formar el abstracto, la idea, hay que olvidar los detalles concretos: olvidar que esta oveja es cordero y aquella carnero, esta está coja y aquella es negra. Al hacer la cuenta de los árboles del bosque, desaparecen las diferencias específicas y jugamos con el género, con el universal, ese uno que se dice de muchos... árbol, bosque. Las ideas pueden ser divididas en especies y géneros. Ejercicio puramente intelectual, dialéctico. Fue Boecio quien tradujo el término "idea" por el latino "specie".

El reino de la significación es el reino del concepto. Y saber implica sacrificar en el altar de la idea a los individuos concretos. Los conceptos abstractos sintetizan, unifican y, ciertamente -como denuncian los nominalistas- dicha reducción es tan discutible, tan inexcusable como sospechosa. Ni siquiera nos toparemos jamás con un rebaño idéntico a otro, ni con un bosque igual a otro bosque.

 

Inducción inmediata 

Sócrates fue el maestro genial que enseñó cómo se obtiene, mediante inducciones y el diligente cotejo de los casos particulares, el concepto universal que responde a la esencia permanente y necesaria de la realidad contingente. Concepto que luego se manifiesta en el fecundo contenido de la definición. El término común o universal es el que expresa una propiedad o un conjunto de notas que convienen a muchos.

Una doctrina prudente de los universales y de la abstracción se mantendrá equidistante del fenomenismo y del apriorismo metafísico. Abstraemos a partir de la experiencia, pero la inteligencia no juega con meras imágenes fenoménicas (impresiones sensibles), sino con abstracciones formales. Aunque nuestra inteligencia carezca de ideas "a priori" o éstas no subsistan en un reino independiente del entendimiento, en un invisible e inteligible reino platónico de las ideas, en nuestra inteligencia existe algo no dado en la experiencia que posibilita la superación trascendente y el señorío de la misma. Kant llamó a esas formas a priori del entendimiento categorías.

La abstracción asciende la realidad a un modo de existir superior. "Abstraer no es mentir". En el concepto no muere la realidad concreta, por el contrario "se actualiza y magnifica en el seno inmaterial de la dicción consciente intelectual" (Héctor D. Mandrioni (3)).

La abstracción no es -como decía Nietzsche- una "momificación" de la imagen o de la metáfora. En el concepto universal la inteligencia se dice a sí misma lo que la cosa es, no en su superficie, sino en su intimidad, leyendo lo que de permanente e inmutable cada realidad alberga en sí, su posibilidad de eternidad. Efectuada la abstracción, como indicó Tomás de Aquino, el entendimiento comprende antes la forma universal, y solo secundariamente desciende a la comprensión intelectual de lo que sea el individuo.

Algunos lógicos y metafísicos han afirmado que las notas de universalidad y necesidad que poseen los conceptos no proceden de la inducción, "sino de una potencia nativa, glorioso privilegio de la inteligencia". La inducción cuentarecoge las ovejas (entendimiento agente) y la inteligencia (entendimiento pasivo) percibe la especie común oveja y el género inmediato rebaño...

"Lo universal se ofrece a los sentidos envuelto en mil accidentes y propiedades individuales; por la inducción el alma lo desprende, y por sí misma lo percibe" (Regnon, cit. por Mandrioni, v. n. 2).

Es lo que Hegel llamaba la generosidad de la razón: su tendencia y capacidad para generalizar, para abstraer universalizando.

Notas

(1) He parafraseado la síntesis de la noción asociacionista y behaviorista (Watson, Hull) de concepto, del Curso de Iniciación a la Filosofía de Francisco Titos Lomas y José L. del Barco, Jaén 1981. 
(2) Francisco Ginebra. Elementos de filosofía, I, pg. 15s., Barcelona, 1906.
(3) Mandrioni. Introducción a la filosofía, ed, Kapelusz, Buenos Aires, 1964.

Cuestionario

1. ¿Qué es la abstracción? Esquematícela como un proceso mental de inducción inmediata.
2. Explique cuáles son las propiedades del concepto o idea, en contraste con la imagen (recuerdo, fantasía).
3. Escriba una breve semblanza de Jaime Balmes.
4. Por qué se llama a los conceptos "universales".
5. Investigue la célebre polémica medieval sobre los universales. ¿Cuáles son las doctrinas más importantes respecto de su naturaleza ontológica?
6. Busque información sobre el innatismo cartesiano de las ideas.
7. Investigue qué entendió Kant por formas 'a priori' del entendimiento.
8. Comente la frase: "No hay nada en el entendimiento que no haya pasado antes por los sentidos". ¿Está de acuerdo?



4 comentarios:

Ana A dijo...

El gran problema para el comunicador que toda profesora es
está en la imagen mental que generas en los alumnos no sólo
con lo que dices sino más que nada con lo que haces.
A menudo me pregunto ¿qué estarán pensando en este momento en el que
yo me emociono con la Ilustración y ellos por supuesto que no se
emocionan nada?

Hugo Montesino dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Hugo Montesino dijo...

"Cómo es capaz la mente de reproducir o representar la figura esencial (eidos, idea) de las cosas que conoce es algo que la ciencia por el momento ignora."

Cuestionable. No creo digan lo mismo la Psicología, la Neurología y obras específicas que estudian empíricamente esto, incluyendo la Psicología Genética que estudia la génesis de nuestras ideas y conceptos según se va desarrollando el niño (J.Piaget, Henry Wallon, Wigotsky y otros). Lo demás, está excelentemente expuesto y resumido.

Agata Borowska dijo...

Super artykuł. Pozdrawiam serdecznie.