“Genio y figura hasta la sepultura”, dice el pueblo. Hace siglos que se relaciona el modo de ser por naturaleza de una persona con su tipo físico (su biotipo). En efecto, las personas gorditas (pícnicos, endomorfos) tienden a moverse con fluidez, sienten gusto por la comodidad, son de reacciones lentas, pero normalmente estables y amables...; los atléticos (somatotónicos, mesomorfos) necesitan ejercicio y suelen ser activos y alborotadores, maduran prematuramente y se dispersan con facilidad, siendo amigos del riesgo y el poder, con tendencias agresivas...; los delgados (leptosomáticos, ectomorfos), de extremidades largas, se muestran nerviosos e hipersensibles y son propensos a inhibir sus sentimientos y a desarrollar costumbres minuciosas…
H. J. Eysenk ha actualizado la vieja división de los temperamentos de Galeno: Melancólico, Flemático, Sanguíneo y Colérico, describiendo cada temperamento por dos dimensiones de la personalidad, de entre cuatro: estabilidad/ inestabilidad; introversión/ extraversión:
En la siguiente tabla (en portugués, pero fácil de interpretar) se pueden ver las disposiciones positivas y negativas, cualidades y defectos que podemos atribuir a los cuatro temperamentos básicos:
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