viernes, 10 de diciembre de 2021

PARRESÍA

 

Diógenes de Sinope el Perro, en la Academia de Rafael.

Soberbia  pobreza  voluntaria

Diógenes el cínico exageró sus virtudes. No quiero decir que exagerase que las tenía, sino que en efecto las mostraba en exceso. Hizo de la autarquía (autodominio, independencia) y de la parresía (libertad y franqueza de palabra) grandes excelencias, pero cabe preguntarse si una virtud exagerada no da en vicio o si es virtuoso preciarse de virtuoso. Con todo, a la virtud cínica le faltó discreción, esperanza y humildad, aunque le sobrasen agudeza e ingenio.

viernes, 3 de diciembre de 2021

ARGUMENTOS CORNUDOS



DILEMAS RETÓRICOS

Los sofistas fueron los primeros profesionales de la enseñanza superior. Los más famosos, como Gorgias y Protágoras, llegaron a cobrar importantes sumas por instruir en lo que hoy llamaríamos Humanidades –o parte de ellas- y en la Edad Media se llamó Trivium (Gramática, Retórica y Dialéctica). Los sofistas instruían y formaban en Elocuencia. Para ser elocuente había que conocer los lugares comunes de la historia, de la poesía lírica, del teatro, los mitos y leyendas, que también servían de ejemplos y tópicos para argumentar, para “llevarse el gato al agua” o arrimar “el ascua a la propia sardina”…, en fin, para hacer creer a los demás que uno lleva razón y sabe lo que dice, aunque no la lleve ni lo sepa.

domingo, 21 de noviembre de 2021

REALISMO CONCEPTUAL

 

"Nominal" Tintas y filtros fotográficos, JBL, 2021

A José Carlos Barrientos.



Por muy materialista que uno sea, ha de admitir que las Ideas tienen consecuencias. En una aristocrática mesa, un caballerete del Antiguo Régimen renegaba asustado del contenido revolucionario de El Contrato Social de Rousseau. Un duque muy absolutista le contestó: “¡Pero son solo ideas!”. La piel de ese duque, o la más fina de su señora, previo aguillotinamiento, sirvieron para encuadernar una edición clandestina de las ideas de Juan Jacobo (el cual, por otra parte, era un neurótico insoportable).

sábado, 13 de noviembre de 2021

NATURALEZA Y ARTE

 El arte, superior a la naturaleza

Tinta, original de Miguel Heredia Mesa (+2000)

Hoy parece triunfar "lo natural", al menos como eslogan publicitario. Falso, porque lo cierto es que vivimos en un mundo alterado según las necesidades y gusto -a veces, mal gusto- de los humanos. Vivimos en un mundo artificial. Claro que también podemos extender el sentido de "natural" hasta contener en él su opuesto, lo artificial, arguyendo que el humano es por naturaleza un animal que transforma técnica y artísticamente su entorno.

El esteticismo de Nietzsche o de Oscar Wilde exaltó, como su nombre indica, los valores estéticos, artísticos, oponiéndolos a los naturales. "Cuanto más estudiamos el Arte -escribió Wilde- menos nos interesa la Naturaleza" (La decadencia de la mentira, Siruela, Madrid, 2000). Para Wilde, la naturaleza es tosca, monótona, inconclusa... No obstante, ve en la imperfección de la naturaleza una invitación y un reclamo a nuestra acción trascendente, sublimadora, como si la misión del hombre fuese precisamente humanizar y mejorar lo que un chapucero demiurgo dejó incompleto e inacabado.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

PENSAMIENTO SIMBÓLICO Y EMBLEMÁTICA

Empresa 2 de Diego de Saavedra Fajardo (Milán 1642). 
"Si pudieran caber celos en la naturaleza, los tuviera del arte;
pero, benigna y cortés, se vale del en sus obras, y no pone
la última mano en aquellas que él puede perfeccionar"

 
El animal simbólico

Como tantas otras, la palabra “símbolo” es filosóficamente ambigua. Se ha usado como sinónimo de signo, pero es preferible reservarla para una clase particular de signo o de señal. Los símbolos son signos convencionales, no naturales; tienen un marcado carácter cultural y colectivo.

domingo, 7 de noviembre de 2021

LA DIFERENCIA HUMANA

En El origen del hombre (1871) Darwin dejó escrito que no hay “ninguna diferencia fundamental entre los mamíferos superiores en sus facultades mentales”. Son ya pocos los antropólogos y filósofos que abren un “abismo ontológico” entre la mente humana y la mente animal. No obstante, si las diferencias entre la inteligencia animal y la humana son de grado y ninguna de ellas es absoluta, lo cierto es que las diferencias de comportamiento entre los animales más parecidos a nosotros, los primates, y las costumbres humanas, son extraordinarias, aunque sólo sea por el hecho de que trabajamos y nos vestimos y que con nuestras capacidades y actuaciones ponemos en riesgo la propia supervivencia de la inteligencia en el planeta Tierra, con opción de provocar intencionalmente la extinción de nuestros parientes, o su conservación.

Entre el despiojamiento mutuo de los bonobos y el imperativo categórico kantiano, entre el canto del ruiseñor y una sinfonía de Mozart, entre las selvas y los trenes de alta velocidad, puede que no haya un “abismo ontológico”, pero sin duda hay una gran distancia de complejidad y sentido. Si la racionalidad ha dejado de ser una característica específicamente humana, bien porque hay racionalidad e inteligencia (al menos inconscia), en las acciones de los animales e incluso en los movimientos de hongos y plantas, bien porque el hombre no es tan racional como presume, entonces hemos de buscar otras características y propiedades que expliquen las diferencias entre la complicada vida civil de una gran urbe y la férrea y reiterada organización de un hormiguero o de una colmena.

viernes, 5 de noviembre de 2021

INDETERMINACIÓN

 



El pensamiento es engañoso por su misma generosidad. Generaliza. Metemos a los seres en cajones a los que ponemos un rótulo. "Esto es chicha; esto, limoná". Pero no hay dos hermanos completamente idénticos, ni dos gemelos univitelinos que sean perfectamente iguales. Su madre los conoce, atenta a las pequeñas diferencias, a cómo cambian cada día. Sólo Dios es completamente fiel a sí mismo. Sólo Él puede decir "Soy el que soy".

lunes, 1 de noviembre de 2021

LA FLECHA DEL TIEMPO

¿Es el tiempo una ilusión irreversible?


Aquel piano vienés no parecía tener nada de particular, más bien se mostraba gastado y pequeño en comparación con los pianos de cola actuales. Pero todo cambió cuando supo (o pudo creer) que en ese instrumento había tecleado Gustav Mahler La Canción de la Tierra, ¡que era el piano en que Mahler concibió compases maravillosos, melancolías universales y melodías inmortales!

domingo, 22 de agosto de 2021

GUEVARA. HUMANISMO ESCÉPTICO

Estudio y edición de Emilio Blanco

GUEVARA PRECURSOR DEL ENSAYO MODERNO

Nicolás Maquiavelo nació en Florencia en 1469. Nuestro Fray Antonio de Guevara once años después en un pueblo de Cantabria. Unos lo tienen por montañés, nacido en Treceño hacia 1480, otros por alavés, él insiste en que nació en las Asturias de Santillana. Parece que la casa de Guevara sumaba abolengo vascongado. 

Más información sobre su vida y pensamiento en "Guevara y el nacimiento del ensayo" en A pie de clásico.

jueves, 19 de agosto de 2021

VIOLENCIAS JUSTAS, NECESARIAS E INEVITABLES

Guerra en el cielo. Durero
 

En recuerdo de una discusión veraniega 

con mi viejo amigo Vicente Nieto González, notable dramaturgo. 

 

Nuestro mundo es violento. La explosión de una supernova es su espectáculo y paradigma estelar. La tele, su espejo. Nuestra historia es violenta; las fronteras de los estados se han trazado a cañonazos. Desde tiempos inmemoriales, la violencia fue también motivo de diversión y entretenimiento. “Pan y circo”, regalaba el príncipe de Roma a sus ciudadanos a fin de mantener la paz social. Aquel circo incluía gladiadores lidiando a sangre y hierro por salvar su vida y a leones devorando a cristianos mansos.

Los cuentos tradicionales están tan cargados de violencia como las películas del Oeste: la madrastra de Blancanieves intentando envenenarla, la bruja infanticida y caníbal, el asesino en serie de Barbazul… Hay quienes creen que debemos tapar los ojos a los niños y sus oídos para que no vean la violencia, arbitraria o malintencionada, del mundo y las personas, pero eso no impedirá que la vida les dé un par de guantazos en cuanto se descuiden ni evitará que les pique el mosquito. ¿Será mejor aumentar su desconfianza hasta que no se fíen ni de su padre? Tampoco, entre la naturaleza edulcorada de Walt Disney y la terrible ley de la jungla, en la que triunfa el más fuerte y feroz o el más mentiroso, hay que buscar un término medio.


Una araña atrapa entre sus quelíceros a una abejita
descuidada en una menta silvestre, 12 julio 2021, Úbeda.


Para hacer una tortilla hay que romper al menos un huevo. Pretender acabar con la violencia es como intentar acabar con las moscas. Además, existen moscas necesarias, beneficiosas para el equilibrio del ecosistema, y existe una violencia legítima. El ladrón o el violador no se entregan a la policía gustosamente. Por lo tanto, el problema es el de la gestión de la fuerza bruta. Las artes marciales son un buen ejemplo de autogestión económica y sabia de la violencia. Los protocolos policiales que obligan al uso de una violencia proporcional a la resistencia del delincuente o la gravedad de sus delitos, también son imprescindibles en sociedades civilizadas en las que no se les corta la mano al ladrón como hacen los talibán.

Los niños adoran a los animales, pero eso no impide que eventualmente les muerda un perro, les chupe la sangre un tábano o les aguijonee una avispa si la pisan por descuido o se acercan demasiado al avispero poniendo en alerta a sus inquilinas. “Está en mi naturaleza” –dijo el alacrán a la rana cuando el anfibio le pidió explicaciones por haberla herido con su aguijón, a pesar de que la amable rana había ayudado al escorpión a cruzar el río montándolo sobre su lomo, como quien muerde la mano que le da de comer. Recuerdo un perro así, un pastor belga muy mal educado.

Cuenta Fernando Arnáiz, guía vocacional del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, cómo ha de explicar a los niños que visitan el MNCN que los depredadores no son malos, que águilas, lobos, tigres y tiburones desaparecerían si no pudieran matar. “También vosotros coméis carne”, les dice, porque “los humanos somos omnívoros, es decir que comemos de todo: verduras, frutas ¡y carne!… Y esa carne, ¿de dónde sale?”.

‒ ¡Pues del súper! –es lo que suelen decir los nenes.

Es evidente que la visión de la naturaleza que tiene el cachorro humano urbanícola, es decir el niño de ciudad, es muy limitada, ni siquiera ve las estrellas por las noches si vive en una gran ciudad. Por eso es sumamente útil, justo y necesario, que existan programas y excursiones que fomenten sus visitas a granjas, campos y huertas, a las piscifactorías y también a las plantas de reciclaje, a fin de alentar un consumo sensato, una alimentación equilibrada y un reciclaje responsables.

Nada ha cambiado tanto en los últimos siglos como nuestra visión de la naturaleza. Los motivos naturales reaparecieron en los cuadros del Renacimiento como fondo o decorado de los cuadros religiosos. Hasta el romanticismo, el paisaje natural no se convirtió en tema por sí mismo. Si soslayamos el animismo totémico, el orfismo o el hinduismo, que creyeron o creen en la reencarnación de las almas humanas en animales y hasta en plantas (así que “¡cuidado con la hormiga, porque puede ser tu tatarabuela!”)..., las demás culturas tenían del mundo animal y vegetal una visión relativamente uniforme: los animales eran fuente alimenticia, recursos materiales (pieles, huesos…, yo he jugado a la pelota con una vejiga de marrano, y al "lapo", un juego violentísimo, con un hueso de su rodilla usado de dado). 

Las "bestias" rentaban fuerza de trabajo para el transporte, la noria o el arado y, los días de fiesta, hacían también de figuras de entretenimiento. Hasta el siglo XIX en la India, donde todavía las vacas son sagradas, fue frecuente el espectáculo de la pelea entre elefantes y tigres, como en Gran Bretaña la caza del zorro, o las peleas de gallos o perros siguen celebrándose en muchos lugares, o la tauromaquia con su artística liturgia, ancestral en el Mediterráneo…

Además, plantas y animales representaban también recursos curativos y –entre las clases privilegiadas- mascotas de compañía. El perro pekinés, por ejemplo, fue diseñado por selección artificial, generación tras generación, para que lo manosearan como sucedáneo de bebé las damas chinas…


Larva de mosquito y exoesqueletos de abejas de agua
(chinches depredadoras, nadadores de espalda, Notonecta glauca)

La conciencia conservacionista es muy reciente. Hemos tardado en darnos cuenta de que la presión que ejercemos sobre los ecosistemas puede desencadenar tanto su ruina como la nuestra. Y por eso se habla de "la sexta gran extinción" causada por la actividad humana y, sobre todo, por nuestra explosión demográfica. 

Por lo tanto, es preciso reconocer la necesidad de comprender y conservar la compleja diversidad de la vida, la interacción increíblemente sofisticada de los organismos vivientes ya que sus existencias se entrelazan en dependencia mutua, en sistemas dinámicos de extraordinaria complejidad, aún mal conocida.

Nosotros mismos hemos sido, desde el final de la última glaciación, hace unos diez mil años, un factor evolutivo influyente y somos ya una pieza del equilibrio de la vida en el planeta. Algunas especies se convertirían fácilmente en plagas si no las cazáramos o les pusiéramos límites. Hay que reconocer la conveniencia de una violencia proporcionada, como la utilidad impecable del matamoscas o la cría de mariquitas para el control de plagas de pulgones. Como la que ejerce el policía contra el delincuente legítimamente y según un protocolo de proporcionalidad que es principio de orden civil. Ni las sociedades ni la naturaleza son, en su historia, un pueril relato de malos y buenos.


 Del autor:

https://www.amazon.com/-/e/B00DZLV35M
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domingo, 25 de julio de 2021

DE SUTILEZAS

 

Pontia daplidice, Blanquiverdosa, 21 agosto 2012


¿Qué es sutil? ¿Qué es lo sutil? Confundimos la delgadez y finura con la sutileza, pero entonces, ¿para qué llamar sutiles a las que podemos llamar delgadas o finas?, ¿qué sentido añade este adjetivo tan usado por los poetas? Digamos que el significado de “sutil” también es harto sutil y generoso: lo que sin exceso de apariencia se hace notar por su delicadeza, gracilidad, ingenio o perspicacia. Sutil es la brisa salerosa del mar, pero también la ironía cáustica de Gracián o la disección de la Razón que Kant hizo en sus Críticas.

En nuestros poetas es adjetivo resultón y alado. Cualquier cosa puede ser sutil: una canción, una mariposita (Vicenta Castro) un concepto (Lope de Vega) y hasta una guarida (la del “corazón” de Abraham Valdelomar, cuentista y dandi peruano). En un poema de Adelardo López Ayala (“Sin palabras”) es sutil el aroma que sirve de símil a la ternura:

Penetra en ti callada mi ternura

Sin detenerse en el menor desvío;

Como rayo de luna en claro río

Como aroma sutil en aura pura.

Para Amado Nervo es sutil el perfume de un nardo ante el altar de la amada en “Si tú me dices ¡ven”, lo dejo todo”. Aromas y perfumes pueden ser sutiles reclamos; sin embargo, que un desmayo sea sutil nos resulta extraño, y todavía más si dicho desmayo es el del sol besando la sien del poeta para transfigurarla con su rayo (A. Nervo, “¡Está bien!”). Sutiles pueden ser también los ensueños y hasta “el perfume de otras edades” para el modernista mejicano, sutil puede resultar una “santa caricia” lo mismo que “el cuello de una niña” o el enigma de una sonrisa, como la de los esposos etruscos, ¡y hasta un narcótico (suponemos que su efecto) puede ser sutil si hay que buscar asonancia al verso con este otro: “largas manos de marfil”.

Para Leopoldo Lugones es la tarde la que apunta, con ligera pincelada…, “una sutil decoración morada” en la que el poeta se delecta morosamente. También en Borges es la tarde la que se remansa, serena y sazonada, “bienhechora y sutil como una lámpara, / clara como una frente”. Para el puertorriqueño Luis Palés Matos (1898-1959) es la dorada abeja del deseo, la que en su errante y sutil revoloteo busca el clavel sangriento de unos labios. Más abstracta es para el mismo poeta “la elocuencia sutil del olvido” (eso lo sabe bien la señora si te olvidas de su aniversario).

En otro tono, nada romántico, se queja Torres Villarroel de la sutil, bordada y blanda ropa con que el poderoso tapa el barro humano, mientras él envuelve su “piel de diablo” en miserable capa con un negro camisón de ruda estopa. Las cosas han cambiado mucho desde el siglo XVIII del genial perdulario, hoy bien pueden ser los hijos pijos de los poderosos los que lucen harapos y tatuajes de presidiario.

Brotes sutiles en pleno y frío febrero



José Agustín Goytisolo celebra “cómo la luz emerge de la sutil textura del poema” si está bien medido y sopesado (“El oficio del poeta”). Enrique González Martínez halla una sonrisa “en la gota sutil que se rezuma / de las porosas piedras, en la bruma, / en el sol, en el ave y en la brisa”, en la misma canción en la que anima a adorar el vuelo del insecto. Arturo Borja promete a su amada Lola una rima de encaje con sutil hilo de luna. En Valle-Inclán es “hilo de plata sutil”, el que hiló su sueño juvenil. Para Julián del Casal es Primavera la que rasga las neblinas del invierno como velo sutil de níveo encaje, con fulguraciones de verdor eterno. Para Octavio Paz es una dama misteriosa la frontera del mundo, sitio sutil, encadenado y libre, quien discípula de pájaros y nubes hace girar el cielo. Hasta la inquietud resulta sutil para José A. Buesa, tal vez porque “la vida tiene un modo sutil de detenerse mientras sigue adelante “y una mujer bonita puede olvidarlo todo / menos su última cita con su primer amante”. Antonio Machado amaba “los mundos sutiles, / ingrávidos y gentiles / como pompas de jabón”.

Ya nuestro Garcilaso de la Vega en su trigésimo cuarto soneto veía “colgada de un sutil cabello / la vida del amante embebecido / en su error, en engaño adormecido, / sordo a las voces que le avisan dello”. A fin de cuentas, de una sutil crin de caballo cuelga también, como espada de Damocles, nuestra existencia efímera. Haremos caso a Juan Arolas y no colgaremos de débiles antenas el sutil lienzo de nuestras esperanzas. Así no se gastará la pila que la sutil luciérnaga tiene para alumbrarse (Marilina Rébora).

Sutiles hilos de araña tejen la floresta seca


En consecuencia suelen muchas cosas, desde el vuelo de un insecto al rumor de las esferas celestiales, resultar sutiles para los poetas: “la sutil perla perdida –de Unamuno-, lágrima de las olas gemebundas”, “el capitel sutil” del alcázar morisco de Rubén Darío, e incluso los sentimientos aquejan sus sutilidades. La melancolía, por ejemplo, en Salvador Díaz Mirón. Como sutil define Medardo Ángel Silva su alma romántica cuando suspira, sonríe o se aburre. También se puede actuar con sutileza (¿con tacto?). Nicolás Guillén describe “de qué modo sutil me derramó en la camisa / todas las flores de abril”. Entre las venas de Esteban Echeverría corre “sutil, ardiente llama”.

Doble sutileza muestra Juan Pablo Forner al describir el atavío de Nisa en esta cuarteta:

Velo sutil sobre su pecho hermoso

Al gusto esconde lo que al gusto incita;

Ni tanto que el tesoro facilite,

Ni tanto que de él dude el ojo ansioso.

Forner contaba con el antecedente del maestro Fernando de Herrera:

Debajo del puro, propio y sutil velo,

Amor, gracia y valor y la belleza

Templada en nieve y púrpura se veía.

No es la seda ni el velo, que cubren y descubren, lo sutil en la Drusila del maestro Angensola…

Y en ti, oh, Drusila, de sutil relieve

El pecho sus dos bultos apresura,

Y en cada cual, sobre la cumbre pura,

Vivo forma un rubí su centro breve.

Sin llegar a convertir pezones y aréolas femeninas en rubíes, ensalza Blas de Otero el cuerpo de la mujer, “río de oro” y “fuente de llanto”, “donde, después de tanta luz, de tanto tacto sutil, de Tántalo es la pena”. Para José Joaquín de Mora es la luz “más sutil, más veloz que el pensamiento”. Estoy de acuerdo, aunque también el pensar pueda ser sutil y luminoso.

Críticos de altura han sentenciado que en los relatos y leyendas de Bécquer lo terrorífico se manifiesta de forma sutil, sin embargo resulta curioso que en sus justamente famosas Rimas no aparezcan ni el adjetivo “sutil” ni el nombre “sutileza”. José María Pereda usará el dialectalismo cántabro “Sotileza” para título de una de sus mejores novelas costumbristas. Es apodo que recibe una joven huérfana al ser acogida por un matrimonio de marineros sin hijos. “Sotileza” es el nombre de la parte fina del hilo del aparejo en la que se ata el anzuelo. El tío Mechelín, encandilado por el salero de la niña, por la finura de su cuerpo y de su obrar, decide apodar Sotileza a la “angeluca”.

También luce sutileza la literatura humorística cuando es mejor que la sal gorda. Sutil es la sonrisa pudorosa, contraria de la vulgaridad. Así cuenta José Asunción Silva la pobre vida amatoria de Juan de Dios con Aniceta, cuyas amarguras curó con cápsulas de sándalo; y la tisis que padeció el amigo después, por culpa de una histérica rubia, muy sentimental…

Luego, desencantado de la vida,

Filósofo sutil,

A Leopardi leyó, y a Schopenhauer

Y en un rato de spleen,

Se curó para siempre con las cápsulas

De plomo de un fusil.

Ese trágico disparo, desde luego, para nada resultó sutil. O tal vez sí.

Post datum:

Nada más enviarle enlace de este artículo al poeta Antonio Carvajal, excelente ortólogo de la métrica española, el probado artista con inesperada diligencia me devolvió esta copla:
 
Respiro la brisa añil
de la mañana en Motril
cuando el sol tiñe de dril
la hoja del perejil
mientras con su ligereza
de dicción -¡cuánta belleza
se alcanza con la agudeza
del pensamiento!- me aceza
José Biedma a ser sutil.

Ni corto ni perezoso, respondo al maestro:

A Antonio Carvajal,
quien resutileza:

Con vuestro permiso y nombre
d'esa voz hago epitome,

         de tus versos resultado

         y a mi blog bien los añado.


Enlace luego os remito
con resultado muy frito,
¡juro con satisfacción!
y d'otra cosa no sé:

Queda a vuestra discreción
el ubetense José.

Y agradece el veterano vate inveterado:

 

Gracias mil,
Pepe Biedma, por sutil
y gentil.

sábado, 24 de julio de 2021

EN COMUNICACIÓN

"Online", acuarela JBL.


Emmanuel Mounier atinó cuando señaló como experiencia fundamental de las personas la comunicación. Hasta la violencia es, contra nosotros, una especie de comunicación destructiva, la más bestial y estéril. Pero no nos engañemos: la vida social es guerrilla permanente y, a veces, cuando la hostilidad se apacigua, se instala la indiferencia.

Donde hay comunicación también surge el malentendido y el fracaso de la fraternidad humana. Muchas veces, la comunicación queda bloqueada por la necesidad, la falta de libertad, o por el deseo de poseer o someter. O tirano o esclavo…, si se establece este dilema, la pareja fracasa tarde o temprano. Más de la mitad de los matrimonios se divorcian en España.

Ante el riesgo, el desengaño y la quiebra de la relación personal, hay quien prefiere compartir la privacidad con una mascota antes que con un ser humano, la lealtad perruna está asegurada, “mueve el can el rabo por el pan”; la gatuna, es más dudosa. O también, frente a la ruina de la relación personal puede uno darse a la misantropía existencial: “¡todos los hombres son iguales!”, “¡a las mujeres no hay quien las entienda!”, o, demostrando familiaridad con las letras sartrianas y sublimando la sociofobia, puede una/uno afirmar que “el infierno son los otros”, pues su simple presencia, y no digamos su mirada, limita mi libertad. Entonces el amor, si todavía se acoge, se representa como un contrato de mera compañía o cooperación económica, o como una infección mutua.




Por supuesto que el mundo de los otros no es un jardín de delicias; reintroduce constantemente la provocación, la desilusión y el sufrimiento. Pero sin los otros, somos nada. Incluso el egoísmo se ha de aturdir con ilusiones altruistas, como sucedía con la vieja y limosnera caridad farisaica. Querríamos convertir al otro en un espejo que nos regale una imagen sublimada de nosotros mismos y nos duele y encabrita que en lugar de esa imagen nos ofrezca, como aquellos espejos de feria, otra más bien poco halagüeña, que no engorda o nos adelgaza personalmente. No nos conformamos con comunicar, buscamos seducir, convencer, convertir…

La mascarilla no es nueva ni temporal, la necesitamos y necesitaremos siempre, cosmética física y metafísica, simulación sobre la que Gracián construyó toda una analítica de las relaciones humanas. Otorgamos sombra y volumen, opacidad o lustre, misterio, comicidad o dramatismo, a la conversación, a la confidencia o a la confesión, siendo estas últimas las más peligrosas de las comunicaciones. Si falla y falta la confianza, muere la comunicación, se quiebra la amistad, se vuelve imposible la conversación amable.

María Zambrano distinguió acertadamente entre persona y personaje. El endiosamiento del personaje mata a la persona, a fuerza de querer ser ella y únicamente ella, se vuelve ídolo impersonal y hasta líder carismático. Entonces la máscara ahoga al hombre. Y es que el ser persona también exige limitación, para no dejar de ser alguien y rebajarse a cosa. El endiosado, así como las masas a las que fascina, sucumben a esa nada subyacente en el “seréis como dioses”. Nuestra filósofa propone que arrojemos la máscara del “personaje histórico” para ganarnos como personas vivientes.

"Más cara 1", h. 1980, J. Biedma L.


Del existir como un abrirse y expresarse al otro en la exterioridad hemos de volver siempre al recogimiento de la intimidad que asegura nuestro estar en forma, pero sin menoscabo de esa disponibilidad que nos capacita para acoger al otro. Hoy podemos hacerlo con un mensaje telefónico escrito en el retrete, a la velocidad de la luz o sin levantarnos de la cama. Nos construimos en comunicación, somos online; el nene se descubre a sí mismo en los otros, interioriza el proceso social de comunicación para lograr representar un sí mismo. Por eso, la experiencia primitiva de la persona no es el yo, sino el, la mirada a la que salta el bebé desde el pecho de la madre, el círculo de la mesa, el nosotros que lo ampara. 

La persona siempre sobrevivirá como un ser expuesto, es decir, en comunicación. Quien se encierra en el ego enloquece o acaba siendo mala persona. Acaba alienado, o sea, alienus, ajeno y hasta extraño para sí mismo: “sólo existo en la medida en que existo para otros, y en última instancia ser es amar” (Mounier. El personalismo, II). Nadie se salva solo.

Hemos mencionado el concepto de disponibilidad como actitud para salir de sí. La capacidad de comprensión es un segundo requisito de la comunicación exitosa. Entender al otro exige un doble esfuerzo de atención, una epojé o abstención del juicio que pone entre paréntesis la perspectiva propia; y un esfuerzo de imaginación para ponerse en su lugar. 

La cultura actual vuelca el fenómeno complejo, tanto racional como emocional, de la comprensión en un sentimentalismo que se impone como función emotiva, a la que llama “empatía”. Sin embargo, es posible comprender sin empatizar y empatizar sin comprender. La simpatía, hermana mayor de la empatía, surge espontánea de cierta afinidad natural. Ni ella ni su hermana menor pueden ser impuestas por una retórica moralista.

Tomar sobre sí la alegría o el dolor ajeno, la afición o inquietud del prójimo, es “oficio” (en sentido latino) de buenas personas, aunque tal vez sólo sea posible de manera integral entre verdaderos amigos, de esos que, según Aristóteles, se pueden contar con una mano y siempre sobran dedos. Más allá de la lucha, la rivalidad o la reivindicación, se halla la generosidad del alma grande (magnánima), el valor liberador del perdón, que es un regalo y también una herramienta eficaz contra el monstruo del odio.

Por último, en referencia a las condiciones de una buena comunicación, asiento de toda comunidad sana, y no digamos de toda comunión sagrada, Mounier refiere a una virtud cada vez más olvidada: la fidelidad. Así se tituló precisamente el último artículo que escribió para la revista Esprit antes de su muerte. El filósofo francés afirma que tanto la amistad como el amor sólo son perfectos en su continuidad que no entiende como repetición, sino como un resurgir continuo: “La fidelidad personal es una fidelidad creadora”.

La comunicación interpersonal, basada en el respeto mutuo a las personas, al margen de su raza, orientación sexual, creencias, nacionalidad, etc., no exige sólo naturalidad, sino también cierto esfuerzo, pues es siempre una provocación recíproca a la corrección y a ser más, y una fecundación mutua, espiritual. Y, aunque contemos con potentes analgésicos, ese parto siempre supone algo de sufrimiento aun mezclado con alegría. Como cuando pagamos mucho por un excelente jamón, “el precio (el dolor) se olvida, la calidad (de la comunicación) perdura”.


Del autor:

https://www.amazon.com/-/e/B00DZLV35M
https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=1636897
https://aafi.es/NOCTUA/noctua00.htm




jueves, 24 de junio de 2021

VERDAD INCÓMODA Y ESPERANZA ALEGRE

Deconstrucción inversa, 2020


PREGUNTA: ¿Cuál es la verdad más obvia que existe y, sin embargo, la más ignorada por las personas?


RESPUESTA: Nuestra menesterosidad, nuestra contingencia o, dicho más dramática y existencialmente: que somos seres-para-la-muerte (Heidegger). Puedes dudar de todo lo demás, pero no de esto; aunque vivas más de cien años, morirás.

lunes, 21 de junio de 2021

CONTRA NEÓFILOS Y NEÓFOBOS

PREGUNTA: ¿Por qué el mundo busca la novedad? ¿Por qué preferimos casi siempre lo nuevo?


Hoja espectral, caida, vieja


RESPUESTA: Porque nos cansamos de todo, incluso "de estar a gusto" (como decía mi abuela Juana), requerimos novedades. La novedad estimula los sentidos, los apetitos y despierta o excita emociones como la sorpresa o la curiosidad. Pero evidentemente, ni todo lo nuevo es bueno por ser nuevo, ni todo lo viejo es venerable por ser antiguo. 

lunes, 10 de mayo de 2021

REAL E ILUSORIO

 

Malvácea



En su extinta plataforma de Preguntas y Respuestas, una usuaria de Yahoo preguntaba:

¿Cómo puedo saber si realmente lo que veo es verdad o no? Estaba estudiando filosofía, y de repente me ha venido esta pregunta a la cabeza: ¿Cómo puedo estar segura de que mis amigos existen realmente o solo son cosa mía, de mi cabeza que se lo inventa todo? ¿Y si mis padres no existen? A ver..., yo sí que existo, pero ¿y los demás? ¿Y este ordenador?

RESPUESTA

- Tu pregunta se parece a la que -según Lebiniz- es esencial en filosofía, la pregunta metafísica por excelencia y la más difícil: ¿Por qué hay ser en lugar de nada? Ese porqué abraza todos los porqués. 

sábado, 24 de abril de 2021

LA MAGIA DE LOS NOMBRES

Geranio silvestre, Úbeda 2 de abril 2021


En el primer libro del Pentateuco la palabra de Dios es creadora. En el tercer versículo del Génesis se lee: “Dios dijo: ‘Haya luz’, y hubo luz”. San Juan en su Evangelio de la Luz va más allá y, seguramente influido por la doctrina de Heráclito el efesio, afirma en el primer versículo de su prólogo que “En el principio existía aquel que es la Palabra (Lógos) y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios”.

viernes, 2 de abril de 2021

ESPECIFICIDAD DE LA EXISTENCIA HUMANA (Karl Jaspers)

 

El joven Karl Jaspers (1883-1969)

En su tratado sobre el Origen y meta de la historia, el filósofo existencialista alemán Karl Jaspers se pregunta por la diferencia entre el humano y el resto de los animales. Se puede responder a esta importante cuestión aludiendo a propiedades específicas de nuestra especie: la cerebración creciente, la posición erecta, la liberación de las manos, la capacidad de reír y llorar…

miércoles, 3 de marzo de 2021

BOTÁNICA ANDALUSÍ E IMPULSO INFINITO

 

Beleño silvestre en la acera de una ciudad andaluza

Mientras en la mayor parte de Europa decaían las artes y las ciencias, los musulmanes andalusíes fueron buenos en astronomía, en geografía, en medicina, en música, en poesía y en agricultura. No sólo fueron excelentes conocedores de las plantas cultivadas, sino también de las silvestres; no sólo estuvieron interesados en proveer la despensa, sino que también buscaron el gusto y el placer en la pura contemplación de las formas y en la satisfacción de la curiosidad por las propiedades de los distintos vegetales montaraces.

jueves, 11 de febrero de 2021

FILOSOFA Y RÍE




La risa como el llanto es una de las más genuinas expresiones de humanidad. Acertó a representarla así Jean-Jacques Annaud en su magnífica película En busca del fuego (La Guerre du feu, 1981). Y es también la fascinación por el fuego, al que no tememos por instinto, otra propiedad de nuestra especie, efecto indudable de la asociación de nuestro progreso técnico con el uso de la llama y la combustión controlada de madera, carbón, petróleo…, que nos proporciona calor, luz, seguridad, energía…

EUTRAPELÍA

Venus medieval


Se ha dicho con motivo que el mundo medieval en que triunfó el cristianismo no era teocéntrico, sino infernocéntrico. En efecto, no tenía por centro a Dios, sino al Diablo y su reino infernal, que la superstición situaba en el mismísimo interior del planeta Tierra. Al Cielo ascendía el alma en gracia de Dios abandonando este “valle de lágrimas”, expresión esta con que cierra Rojas La Celestina, mostrando que su tragicomedia es todavía más trágica que cómica, más medieval que renacentista. Al infierno descendían los espíritus corrompidos por el mundo, el diablo y la “carne” (gula y lujuria), o sea, por los siete pecados capitales.

¡Ya se sabe que todo lo que nos alegra, o engorda o es pecado!