En psicología se distingue la vivencia de la simple aprehensión consciente. En la vivencia lo aprehendido y lo vivido son una y la misma cosa. Lo experimentado como vivencia es sobre todo experiencia afectiva con un alto valor simbólico, que sólo cobra sentido dentro de una biografía. Los animales viven, pero el ser humano, además de vida, tiene biografía, que expresa o narra la conexión de una vida.
El primero que profundizó en la esencia de las vivencias fue Dilthey (1833-1911), catedrático en Basilea y Berlín, donde sucedió a Lotze. Dilthey (v. el retrato que ilustra esta entrada) se esforzó por desarrollar una “crítica de la razón histórica” dentro de lo que los alemanes llaman “ciencias del espíritu” (Geisteswissenschaften) y Dilthey llama también Kulturwissenschaften (ciencias culturales): historia, economía, derecho, ciencia de la religión, crítica literaria, estudio del arte, musicología, psicología..., y que son las que los franceses suelen llamar “ciencias morales”.
Para Dilthey, las categorías de la razón histórica no pueden ser a priori, sino que surgen de la penetración vital que realiza el espíritu humano en su propia manifestación objetiva dentro de la historia, surgen de las vivencias propias.
No es de extrañar que una de las más importantes de estas categorías sea la de vivencia (Erlebnis). El hombre se encuentra en una unidad, sentida y vital, con la naturaleza y la cultura. Y las experiencias primarias, naturales y sociales, que adquiere en el ambiente son experiencias personales y vividas como tales (Erlebnisse), no son objetos y reflexiones independientes de la persona.
En las ciencias naturales el sujeto cognoscente tiene que extrañarse, que objetivar, que salirse de sus experiencias para contemplarlas como algo distinto de él mismo; pero en el mundo de la historia, “quien explora la historia es el mismo que la hace”, y lo mismo vale para la cultura, por lo tanto, las relaciones personales vividas (vivencias) se presentan como factores de importancia fundamental para la comprensión del pasado y la planificación del futuro.
El mundo del espíritu no puede ser comprendido desde fuera, sino que ha de ser ahondado desde dentro. Así, mis vivencias constituyen la base necesaria para comprender la vida social de cualquier otra época. O sea, Erleben (vivenciar, experimentar la vida) es una condición de posibilidad de la Nacherleben (el revivir el pasado). Por eso, “la célula original del mundo histórico” es precisamente la Erlebnis del individuo, su experiencia vivida de la interacción con su propio medio social, siempre y cuando esta vivencia aporte comprensión (Verstehen): “las ciencias culturales se apoyan en la relación de las experiencias vividas, en la expresión y la comprensión”. La comprensión (entendimiento reflexivo) es un movimiento de fuera hacia dentro, cuyos métodos han de ser distintos de la construcción del objeto científico en las ciencias de la naturaleza.
Por su parte, el filósofo alemán Edmund Husserl (1859-1938) definió la fenomenología (una filosofía y un método filosófico) como una descripción de las esencias que se presentan en las vivencias puras, en el flujo de lo vivido, anterior a lo físico y lo psíquico. Las vivencias son unidades de sentido, y pueden ser descritas y comprendidas, pero no explicadas. Se descomponen en vivencias particulares y subordinadas. Estas últimas pueden integrarse en una más amplia y fundamental. Una misma vivencia puede repetirse a lo largo de una vida y a ella agregarse múltiples elementos que pueden enriquecerla y agrandarla.
miércoles, 16 de marzo de 2011
Vivencia
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