jueves, 11 de febrero de 2021
FILOSOFA Y RÍE
La risa como el llanto es una de las más genuinas expresiones de humanidad. Acertó a representarla así Jean-Jacques Annaud en su magnífica película En busca del fuego (La Guerre du feu, 1981). Y es también la fascinación por el fuego, al que no tememos por instinto, otra propiedad de nuestra especie, efecto indudable de la asociación de nuestro progreso técnico con el uso de la llama y la combustión controlada de madera, carbón, petróleo…, que nos proporciona calor, luz, seguridad, energía…
EUTRAPELÍA
Se ha dicho con motivo que el mundo medieval en que triunfó el cristianismo no era teocéntrico, sino infernocéntrico. En efecto, no tenía por centro a Dios, sino al Diablo y su reino infernal, que la superstición situaba en el mismísimo interior del planeta Tierra. Al Cielo ascendía el alma en gracia de Dios abandonando este “valle de lágrimas”, expresión esta con que cierra Rojas La Celestina, mostrando que su tragicomedia es todavía más trágica que cómica, más medieval que renacentista. Al infierno descendían los espíritus corrompidos por el mundo, el diablo y la “carne” (gula y lujuria), o sea, por los siete pecados capitales.
¡Ya se sabe que todo lo que nos alegra, o engorda o es pecado!
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