Hanuman, el dios mono o un aspecto de Shiva |
Estoy seguro de que esa tonta manía publicitaria de escribir nombres propios con minúsculas es síntoma de deshumanización y sugestión de cosificación: “Todos merecen (merecemos) un nombre propio” –escribió Octavio Paz para lamentarse al mismo tiempo de que nadie lo tenga-.
En El Mono Gramático, el premio Nobel mejicano (y este ya es nombre común) especula con la posibilidad de que el Paraíso (nombre propio de aquel Edén del que fuimos expulsados) estuviese regido por una gramática ontológica, porque las cosas y los seres serían sus nombres y cada nombre sería propio.