Medardo Fraile en Jadraque (Guadalajara), río Henares, viajando por las tierras de Alfanhui en 1956 con Carmen Martín Gaite, Rafel Sánchez Ferlosio y Nicolás Vázquez. |
Los cuentos de Medardo Fraile están protagonizados por personajes corrientes pero extraordinarios. Valga la paradoja: son corrientes porque no son nada del otro mundo sino muy de éste y porque resultan siempre más bondadosos que malvados, más pobres que ricos, y sus vidas van pasando a la velocidad con que devoras las páginas de una buena novela. Además, son personajes extraordinarios por varias razones: una de ellas es que llevan nombres arcaicos y sonoros: Kelele, Carmelo, Oria, Eloy, Ciriaco, Otaola, Saturio, Parmenio, Leoncia, Bonifacio, Fuencisla… Desgraciadamente, ¡ya no hay gusto para estos nombres!, será porque “el mundo se encallece y afea cada día más”, o porque se americaniza y aborrega sin remedio, y sin que nos demos casi cuenta.
Medardo Fraile, abajo en el centro con barba cana, rodeado de profesores y alumnos del IES Francisco de los Cobos, después de su conferencia, la inaugural del curso 2009 (6-Nov.). |